FATHUM
Rincón
desplazado en el tiempo
de mis recuerdos de infancia,
melocotón maduro, mantilla negra oprimiendo ideas,
la luz, la ciencia.
Camelias multicolores, presentes y pasadas,
el viento retrocede ante los muros de cal escasos,
la Pascua compacta, la saudade intacta.
Por fin solos entre la mar y el destino,
Fathum, te encontraré algún día?
ENTROMETIDO
Mi ego ha trepado a lo alto de un pino
y allí se ha quedado, mi ego.
A veces consigo sacarlo de paseo por el malecón,
lo aparco en un banco frente al mar
y en el agua gris me doy un chapuzón
Se agarra después a mi cuello
enredándose cual lombrizen busca de matriz,
es acaso feliz?
Mi ego ha trepado a lo alto de un pino
y allí se ha quedado, mi ego.
FUGACIDAD
Un pliego doblado
con indicación al reverso en portugués, pasó el destino.
La alegría se instala en el pecho, las flores y las aves
vigilan el sueño del mar, al fondo agazapado.
No existe el azar, dicen, qué significa entonces
un encuentro fortuito que deja pegadas al vientre
losetas de barro cocido y convierte la ciudad
en una postal estática, voraz?
NOSTALGIA
Los hermanos del loro de Malumbres
cantan a coro en la sombreada terraza
de un café anodino en Funchal, Madeira.
Mensajeros
inocentes
de un mundo simple que dejó de existir
al tiempo que las pistolas reemplazaban los cohetes
de las fiestas de San Juan.
El
loro de Malumbres,
su epitafio,
en la sombreada terraza de un café anodino
en Funchal, Madeira.
PRISIONERA
Y si las dejáramos en la isla iluminada
y dispuesta a estallar con mil cohetes
su entrada triunfante en el tercer milenio..?
Y si las dejáramos, digo, en la isla dibujada
con trazos serpeantes y abruptos
que descienden hasta el mar........?
Y si las dejáramos, insisto,
sepultadas entre las rocas del puerto,
si dejáramos las viejas cadenas roñosas
hediendo a herrumbre?
La entrada al tercer milenio
sin cadenas ni grilletes, con sonrisa abierta
y el alma elevada con cantos de alondra.
|